Para mi una de las labores más complejas es hablar de uno mismo. Cuesta considerar que todo lo que he hecho o ha ocurrido en mi vida en los últimos 10 años pueda considerarse como algo que deba destacarse. Por ello he decidido darle un toque más personal a las palabras que aquí escribo.
Hoy puedo considerar que la repostería creativa es mi medio de vida. Cuando me inicié en este mundo de la formación como profesional me sentía como un niño chico el primer día de colegio. La gratificante posibilidad de poder trabajar en lo que es mi pasión se unía a la enorme responsabilidad de tener que estar en frente de un grupo de alumnos que han invertido una importante cantidad económica para poder mejorar. No podía defraudar por ello dedique una gran parte del tiempo en intentar que ese tiempo que íbamos a compartir fuese lo más productivo posible.
Tenemos algo en común y es la pasión por la repostería creativa. Ambos sabemos lo que es dormir poco por esa tarta que se nos resiste, y lo que es ver la felicidad en los ojos de la persona que la recibe. Ponerme en la situación del alumno e intentar crear ese curso al que a mi me gustaría haber asistido o me gustaría asistir ha sido mi filosofía desde el primer día. Después de siete años impartiendo cursos sigo en ese intento constante de mejorar y poder aportar mi granito de arena a este mundo creativo.